Los barrancos son pacientes formaciones rocosas a las que el agua en combinación con el tiempo les ha dado ese intrínseco atractivo que hace que nos sintamos espectadores privilegiados.
Para su descenso nos serviremos de concretas técnicas: rápel, tirolinas, pasamanos, saltos, toboganes… que les darán un aporte lúdico e impondrán, en función de la dificultad, un nivel.